La maternidad, una de las etapas más bellas que como mujer se puede vivir. Esa prueba positiva, el primer sonograma, las primeras patadas, el parto. Todas lo pintan de color rosa, pero nadie te dice lo malo de la maternidad. Así que comparto contigo lo Bueno, lo Malo y lo Feo de la maternidad, sin tapujos.
Bueno

La maternidad está llena de un amor inexplicable. La ternura de sus caritas, las emociones de los primeros pasos, la primera comida y hasta su primera caída nos inundan de sentimientos que no se pueden explicar. Dormir con ellos es lo mas rico del mundo (aunque termines con la espalda en pedazos). Olerles su cabeza es la droga perfecta (aunque a lo único que huelan sea a sudor). Te aprenderás cada canción de sus caricaturas preferidas, y terminarás viendo videos en YouTube de una persona desenvolviendo huevitos sorpresas y te emocionarás.
Malo

¿Y si te digo que todos los niños hacen perretas? Si, bastante malas que son. Las peleas para ponerse los zapatos, bañarse (y salir del baño), peinarse y hasta por respirar pelean. Ni se diga la lloradera por ese caballito que no le compraste porque tenía el mismo en la casa. ¡Ah! Y si pensabas que ibas a tener un minuto de soledad en el baño, pues lamento decirte que eso no volverá a suceder (a mi hasta me aplauden cuando bajo el toilet). Dormir una noche completa será una misión, querrán quitarte la comida porque la de ellos esta mala y es exactamente la mismo que tienes tu, y cada juguete que dejen en el piso será el motivo por el que llores de dolor en las noches.
Lo Horrible - Feo se queda corto

Pañales. Goodness gracious. ¿Como un ser tan pequeño puede hacer caca tan apestosa? ¿¡Y tanta!? Déjame escribirte que hay veces donde no sabes si cambiar el pañal o botar al muchachito completo ya que no hay manera de meterle mano a la situación. ¿Y qué me dices de los vómitos? Bueno, ya yo estoy curada de espanto (uno se acostumbra). En esos momentos en lo único que uno piensa es “que no me caiga en la boca”. Y, ¿conoces a alguien que haya hecho una perreta porque no le dejes comer sus mocos? Yo si. Créeme cuando te escribo que me gritaban desde el final del pasillo, tirada en el piso dramáticamente “¡Mami dame moco!”.
Sin embargo, a pesar de que la mayoría de las cosas de la maternidad caen en las categorías de lo malo y lo feo, la recompensa vale la pena. Al final del día te reirás con sus ocurrencias. Disfrútalo mientras puedas ya que el tiempo pasa volando. Sobre todo, ama cada momento junto a ellos, pues es la forma de amor más pura que pueda existir.
- ¡Un abrazo bien apretao!
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